lunes, 4 de enero de 2010

3º EL CUERPO PODEROSO.

mi muñeca con todo lo que me gusta y lo que no.
la parte de la cintura en azul (me gusta)


la uñas(me gustan)y las manos (no me gustan)


el pelo y los ojos de azul (me gusta)


el pelo (me gusta)




el cuello (no me gusta)y la cicatriz de mi ceja






el resultado del pelo cuando la quité las trenzas para que se le rizara.





intento de pelo rizado.





la herida del codo









la manos en rojo (no me gustan)








las piernas en rojo(no me gustan) y la cicatriz en la pierna derecha.










la cicatriz de mi pierna.










los pies en rojo (no me gusta)












con las trenzas para que se la quede el pelo rizado.











mi muñeca.














Esta es nuestra tercera parte del taller relacionada con el cuerpo. Se trata de de un icono de fuerza transformado según nuestra identidad.
En relación con la segunda parte del taller (el cuerpo fuera), una vez señalado todo lo que nos gusta y lo que no nos gusta de nosotros mismos, lo tenemos que reflejar en una muñeca. Taparemos en ella todo lo que no nos guste y las cicatrices que tengamos asó como también marcaremos las partes que nos gustan.
De todas las fases del taller la que más me ha gustado ha sido la primera por el hecho de estar recortando y creando vestidos y complementos para mi miniyo. Aunque también esta tercera fase me ha encantado por el hecho de estar con la muñeca personalizandola y cubriendo esas partes que no me gustan de mi misma. Me ha recordado a cuando era mas pequeña y jugaba con mis muñecas.
La visión que tengo de esta fase es muy satisfactoria. Primero empecé haciendo unas trenzas en el pelo de mi muñeca ya que lo tenia liso y yo tengo el pelo rizado, de está forma se identificaría más conmigo. A continuación cubrí de rojo esas partes que no me gusta de mí misma (los dedos de la manos, los pies, las piernas) así como la zona donde tengo heridas o cicatrices (en la pierna derecha, en el codo derecho, en la ceja).
Una vez terminado y cubiertas las partes que no me gustan pasé a señalar en mi muñeca las pertes del cuerpo que si me gustaban de color azul (el pelo, los ojos, las uñas, la cintura).

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